Con el paso de los años, la elasticidad en la piel varía. Y es que esta parte del cuerpo experimenta una serie de cambios que reducen su capacidad para regenerarse naturalmente. Esto suele suceder a partir de los treinta años, edad en la que se inician las modificaciones en la superficie de la piel y su textura.
Sin embargo, la edad no es el motivo principal de esta pérdida de elasticidad. Existen otros factores que influyen en el proceso, tales como posibles alteraciones en el interior de la dermis, la falta de cuidado de la piel o llevar un estilo de vida poco saludable.
¿Por qué desaparece la elasticidad en la piel?
La piel es la capa protectora del cuerpo, y para preservar la salud de este importante tejido se deben conocer algunas de las principales causas que influyen en la pérdida de su elasticidad.
Alteraciones en el interior de la dermis
Una de las principales alteraciones que sufre la piel a nivel interno es la insuficiencia de colágeno y elastina. Estos dos componentes son proteínas producidas por los fibroblastos, encargados de formar las principales fibras conectivas de la dermis. Este tipo de célula se encarga de mantener la piel elástica y sin arrugas.
Sin embargo, conforme envejecemos su funcionamiento va siendo cada vez más lento e ineficiente. Por eso las pieles jóvenes gozan de una gran producción de colágeno y, con el paso del tiempo, su regeneración natural se ve altamente limitada.
En el extremo opuesto, el colágeno sobrante puede iniciar un proceso de endurecimiento dando lugar a otro problema de la piel conocido como glicación.
Otra alteración que sufre la piel con la edad es la disminución de la producción de lípidos. Estas moléculas orgánicas son responsables de formar una capa protectora de humedad, que de este modo pierde grosor y se vuelve más frágil con el paso del tiempo. Esto dificulta que la epidermis pueda retener la humedad necesaria para reducir su sequedad e irritación.
Falta de cuidado de la piel
Para mantener un rostro saludable es necesario contar con una rutina de belleza que involucre ciertos cuidados para nutrir y preservar la piel de daños. Usar protector solar, incluso en días lluviosos o nublados, es crucial para evitar el envejecimiento prematuro de la dermis. A su vez, se debe prestar especial atención cuando se está en el interior de una casa u oficina: los rayos UV pueden atravesar con facilidad los cristales de las ventanas y penetrar en la piel.
Llevar un estilo de vida poco saludable
Mantener un ritmo de vida sedentario fomentará la aparición prematura de arrugas y aumentará el riesgo de sufrir imperfecciones en la piel.
Fumar, por su parte, es un hábito que impactará negativamente en la salud del rostro: la nicotina que se encuentra en el tabaco provoca que los vasos sanguíneos se contraigan, causando una restricción del flujo de nutrientes. Esto fomenta la aparición de manchas en la cara y flacidez facial.
Beber alcohol es otro hábito que perjudicará el bienestar de la piel, ya que su ingesta provoca que el cuerpo se deshidrate, haciendo que la dermis se vea más opaca y sin vida. Además, beber alcohol en grandes cantidades aumenta el riesgo de sufrir arañas vasculares (pequeñas manchas rojas).
¿Cómo recuperamos y mejoramos la elasticidad en la piel?
Existen varias formas de atenuar los efectos del paso del tiempo, recuperando la elasticidad y firmeza de la piel. Algunas de estas alternativas se enfocan en mejorar la salud fomentando buenos hábitos de vida, reactivando la circulación de la sangre y oxigenación del cuerpo.
Mejorar la alimentación
Cuidar los alimentos que ingerimos es sumamente importante, ya que de ellos dependerá la salud y el bienestar general de la piel. Cuando se consumen alimentos con un alto índice de grasas y aceites es muy común que la dermis se inflame y en consecuencia que los poros se obstruyan. La piel, al encontrarse en un estado tan delicado, puede ser más vulnerable a desarrollar imperfecciones como el acné.
Por otro lado, una dieta adecuada, rica en proteínas y minerales, reducirá el riesgo de sufrir un envejecimiento prematuro. Las comidas que se deben incluir en un buen plan de alimentos para prevenir estos problemas deben ser abundantes en grasas saludables y antioxidantes, para que estimulen correctamente la regeneración natural.
Hidratar la piel
Una hidratación correcta de la dermis facilita que los niveles de agua en la piel se encuentren equilibrados. Esto también permite que la barrera protectora cuente con mayor flexibilidad y fortaleza, protegiéndola del daño que pueden causar agentes externos como la contaminación, los cambios bruscos de clima y el maquillaje residual.
Una buena rutina de hidratación, aparte de ser complementada con una ingesta de agua abundante, debe incluir el uso de productos tópicos ricos en colágeno para el día y la noche. También es recomendable que la crema que se utiliza durante el día cuente con un factor de protección solar para proteger la dermis de los rayos del sol.
Exfoliación del rostro
Este importante paso, que debe existir en cualquier rutina de belleza, se encargará de eliminar las células muertas que se encuentran en la piel. Esto permitirá que la dermis pueda liberarse del exceso de grasa que actúa como una barrera que obstruye los poros.
Realizar ejercicios faciales
Para rejuvenecer el rostro y mantener sus músculos en buenas condiciones se debe cumplir con una rutina de gimnasia facial diaria. Con esto se disminuirán las líneas de expresión y se evidenciará un aumento en la vitalidad de la piel.
Tratamientos para renovar la piel
Este tipo de procedimientos son realizados por profesionales de la estética con láseres y maquinaria de alta gama. La radiofrecuencia y la mesoterapia son algunos de los tratamientos más útiles para recuperar la elasticidad en la piel.
Existen muchas técnicas para estimular la regeneración natural de los tejidos y prevenir el envejecimiento prematuro. Los tratamientos estéticos realizados por profesionales, como la mesoterapia y radiofrecuencia, están muy indicados para quienes buscan resultados efectivos que resulten visibles en menos tiempo. Es importante recordar que no existe mayor seguridad que la de dejar la salud de la piel en manos de expertos.