La xerosis en la piel es una manera de llamar a las pieles secas, es decir, aquellas que necesitan más hidratación o que por el paso de los años la han perdido. Tratar la xerosis requiere, por lo tanto, unos tratamientos específicos que solo se aplican a este tipo de pieles, diferenciándolas de la dermatitis atópica o con eccemas.
Analizamos sus características y establecemos las mejores soluciones para que consigas devolverle la hidratación que tu piel necesita.
Xerosis: más allá de la piel seca
La xerosis, como se decía, es piel seca, sin embargo este tipo de piel es más complejo, ya que no es similar a la dermatitis atópica o con eccemas. La piel es un órgano que tiene la capacidad para regular la cantidad de agua que hay en sus zonas superiores, pero esta depende de varios factores como la eficiencia de las moléculas que la mantienen hidratada. Este sistema funciona correctamente en las pieles normales, pero en las secas hay factores que los alteran y provocan que la hidratación no sea la adecuada.
Como consecuencia de la xerosis, la piel se vuelve más rígida y puede provocar picor. La piel puede llegar a escamarse y se vuelve más rugosa. La deshidratación hace que haya más células muertas en la piel que crean una capa gruesa y rugosa.
¿Qué la causa?
La xerosis se produce por dos causas principales, aunque también hay varios motivos por los que puede producirse.
La primera causa es la deficiencia en los lípidos de la barrera dérmica. Los lípidos generan una barrera protectora y retienen los elementos hidratantes. Cuando estos fallan o faltan la piel se seca.
La segunda causa es la deficiencia de los factores naturales de hidratación. Los factores propios de la piel que la mantienen hidratada, mencionados anteriormente, como la urea, atraen y retienen la humedad manteniendo la piel hidratada.
Además, existen otros motivos por los que la piel puede sufrir xerosis:
- El uso de algunos fármacos puede provocar que la piel se seque ya que afecta a alguna de las causas anteriores.
- Factores genéticos que determinan una piel especialmente sensible o que tiende a la sequedad.
- Factores ambientales, como la temperatura. Cuando es baja y hay menos humedad, la piel sufre más, como en invierno.
- Una higiene inadecuada, tanto por exceso como por defecto, puede provocar una piel más seca.
- La luz solar causa desecación ya que incrementa las tasas de evaporación del agua de la piel.
Cuidados de la piel con xerosis
Para cuidar la piel áspera o con xerosis es necesario seguir los consejos de un profesional dermatológico que diagnostique el caso. Algunos cuidados para la piel seca son:
- La higiene diaria facial: la piel seca necesita una limpieza diaria, con productos adecuados, y realizada de forma suave y controlada. Además, no hay que exfoliar demasiado y siempre aplicar cremas recomendadas.
- Mascarillas: son un gran aliado para la protección y cuidado de las pieles secas. La mejor elección son las hidratantes con ácidos grasos.
Hay tratamientos específicos para mejorar el estado de las pieles secas como:
- La mesoterapia: un método que emplea productos eficaces y seguros para hacer una hidratación profunda de la piel. Es una manera de combinar elementos hidratantes para conseguir una piel renovada.
- Biofacial 24horas: un innovador tratamiento para hidratar la piel en profundidad de forma inmediata y empleando los mecanismos internos del propio cutis.
- Power hyaluronic: mediante el ácido hialurónico, ayuda a captar y retener el agua en la piel. Por ello, este tratamiento se basa en mejorar la hidrodinámica natural del propio tejido.
Las pieles secas o que padecen xerosis han de ser tratadas con gran cuidado. Las rutinas de belleza para mantener la piel sana deben basarse en productos adecuados y recurrir a centros especializados para tratamientos más profundos. Estos son los que realmente eliminarán la sequedad y devolverán la hidratación que tu dermis necesita con resultados duraderos y prolongados en el tiempo.