¿Tienes granos blancos y dolorosos? ¿Son granos enrojecidos y abultados? En ambos casos, y aunque no se parezcan entre sí, los dos pueden tratarse de casos de acné. Esta enfermedad dermatológica se manifiesta de diversas maneras, ya que hay varios tipos de acné que nos pueden afectar a la piel.
Principales tipos de acné
Todos ellos tienen sus causas y sus diferentes tratamientos. Si padeces alguno de ellos te indicamos cómo identificarlo y las recomendaciones para tratarlo correctamente.
Acné comedogénico
Este acné es común entre los adolescentes y se considera un tipo de acné moderado. Surge por la acumulación de grasa en la piel, que obstruye los poros bloqueando los folículos del vello. Pueden aparecer comedones (pequeñas protuberancias en la piel) abiertos o cerrados. Suelen desaparecer cuando pasa un tiempo más o menos prolongado sin dejar cicatrices.
Siempre se aconseja que no se toquen ni se manipulen de manera indebida, ya que esta manipulación puede hacer que este acné deje marcas en la piel. Y lo que es aún peor, puede ocasionar una infección de mayor gravedad.
El acné comedogénico es el tipo de acné más común en la adolescencia. Se caracteriza por la aparición de comedones o protuberancias en la piel que pueden dejar marcas si se manipulan de manera indebida. Dra. Carmen Ibarreche, doctora en Medicina y Cirugía.
Para tratarlos deberás llevar una higiene exhaustiva, utilizando para ello productos de limpieza de la piel específicos. Algunos de los más habituales son las mascarillas, geles o cremas de aplicación tópica. También, para combatir este acné se utiliza el tratamiento estético de microdermoabrasión.
Acné papulo-pustuloso
Se trata de un tipo de acné inflamatorio mucho más agresivo que el anterior, y lo podemos observar porque los granos que aparecen son más rojizos y tienen puntos blancos en la zona en la que explotan con pus.
Este acné severo suele presentarse en mujeres con cambios hormonales. Por lo que los tratamientos anovulatorios son muy efectivos. En este caso, es muy importante realizar limpiezas faciales y tomar los antibióticos recetados por el especialista para acabar con la infección.
Acné nódulo-quístico
En este caso, nos encontramos con un tipo de acné inflamatorio mucho más severo que los dos anteriores. Son granos que se inflaman y son también muy profundos. En ocasiones, se pueden llegar a formar quistes de diferentes tamaños.
Aparece normalmente en los jóvenes, y la principal causa es que las bacterias de la piel tapan los poros, haciendo que las lesiones se inflamen.
Lo habitual es que este tipo de acné deje marcas o cicatrices. Por este motivo, para combatirlo se necesitan tratamientos del acné más fuertes, generalmente por vía oral y con antibióticos.
Una vez que ha cedido la infección, se pueden inyectar corticoides en las cicatrices hipertróficas resultantes del acné para minimizar su apariencia.
Acné conglobata
Se trata de uno de los tipos de acné menos frecuente. Lo suelen padecer más los hombres adultos.
Es una modalidad bastante severa, que puede llegar a ser crónica, debido a que afecta al folículo piloso terminal. Se origina por la acumulación de grasa que obstruye los poros, haciendo que las bacterias se acumulen y produzcan hinchazón en la piel.
Puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, siendo lo más habitual el abdomen, los glúteos, las axilas, los miembros superiores o las ingles.
Como mínimo, debemos tratar este acné unos 5 meses y, si se quiere unos resultados más rápidos, habrá que completar el tratamiento con esteroides, para que tenga mayor efectividad.
Acné del embarazo o gestacional
Durante el embarazo puede haber una tendencia en el rostro a presentar acné. También puede ocurrir todo lo contrario, y que el acné que se tenía tienda a desaparecer durante el periodo gestacional.
En general, el acné del embarazo está producido por los cambios en los niveles de hormonas (las andrógenas) que están consideradas masculinas. Estas hormonas se encargan de estimular las glándulas sebáceas, que producen el sebo. Cuando este se mezcla con las células muertas de la piel, se produce la obstrucción que desemboca en el acné.
Acné fulminante
Este acné es más habitual en los chicos de 20 años y su aparición está estrechamente ligada al aumento de andrógenos cuando hay problemas de tipo inmune.
Aparece de forma repentina, presentándose con lesiones parecidas a las pústulas, pudiendo desencadenar en los casos más graves, en úlceras necróticas bastante dolorosas.
Las cicatrices son habituales en este tipo de acné, y muchas de las lesiones pueden ser sangrantes. Lo normal es que aparezcan en la espalda y tórax. Rara vez aparecen en la cara.
El acné fulminante, el conglobata y el nódulo-quístico son los que suelen dejar más cicatrices. Estas pueden ser tratadas mediante el peeling químico para cicatrices o la microdermoabrasión.