Normalmente, nos encontramos con dos tipos de manchas en la cara:
-Los lentigos solares: son lesiones planas, marrones, circulares y habitualmente de pequeño tamaño, que aparecen en zonas expuestas al sol con la edad. Típicas en las manos y en los laterales de la cara, no suponen ningún riesgo para la salud y pueden tratarse de forma efectiva con láser o luz pulsada.
-El melasma: es la pigmentación marrón-parda difusa en diferentes zonas de la cara de las mujeres (frente, mejillas, área del bigote). Tiene una clara influencia hormonal y es una mancha típica del embarazo y consecuencia de la toma de anticonceptivos orales.
El melasma tiene un tratamiento complejo que debe ser personalizado. Prácticamente nos obliga a convertirnos en ‘vampiros’ con protección solar estricta durante todo el año y especial cuidado en verano. Se trata asimismo con peelings y fórmulas despigmentantes tópicas, antioxidantes orales y melatonina a partir del cambio de horario de primavera.