Para contar con una piel luminosa, limpia y cuidada es fundamental tener una rutina de cuidado facial que sigamos escrupulosamente cada día. Al levantarse y al acostarse debemos adquirir unos hábitos de higiene facial que ayuden a la piel a estar en buen estado. Desmaquillar, limpiar, tonificar e hidratar son solo algunos de los consejos que encontrarás en esta lista que te recomendamos incorporar en tu día a día. Tu piel lo notará y tu te verás mucho mejor en el espejo.
Pasos que debes seguir en tu rutina diaria de cuidado facial
La rutina facial debe ser personalizada, de manera que adaptes los pasos y los productos al tipo de piel que tienes. Ten en cuenta que solo de ese modo será realmente efectiva, ya que le estarás aportando a tu piel lo que realmente necesita. En Hedonai te ayudamos a conocer qué tipo de piel tienes (normal, seca, grasa o mixta).
1. Desmaquilla y limpia la piel
Este es el primer paso de cualquier buena rutina facial que se precie. Ten en cuenta que aunque no te maquilles, debes limpiar tu piel diariamente, preferiblemente al final del día, ya que se acumulan impurezas debido a la contaminación y secreción sebácea.
Toallitas, leche desmaquillante, bálsamo o agua micelar son algunos de los productos que te ayudarán a desmaquillar tu piel. Pero este es solo el primer paso, ya que para conseguir una limpieza en profundidad debes continuar con un aceite o gel limpiador que no deje rastro de impurezas.
2. Exfolia de una a tres veces a la semana
Incluimos aquí este paso pero debes tener muy presente que la exfoliación nunca se hará de manera diaria, ya que podría dañar tu piel. Sin embargo, sí que es necesaria de una a tres veces a la semana, en función de la sensibilidad de tu piel. Puedes hacerte un calendario de manera que establezcas qué días vas a exfoliar, y esos días asegúrate de hacerlo después de limpiar la piel.
3. Tonifica, aplica un sérum y contorno de ojos
Un tónico facial ayudará a que los poros de tu piel se cierren y se equilibre el pH natural de tu rostro. Una vez que la piel está tonificada, es el momento de aplicar un sérum. Este producto concentra una serie de principios activos que alcanzan niveles de la piel mucho más profundos, gracias a la facilidad con la que penetra en la dermis. Además, es muy cómodo de aplicar, ya que resulta mucho más ligero que una crema.
Para terminar este paso, te recomendamos que incorpores en tu día a día la rutina de utilizar un contorno de ojos. Al igual que el sérum, está compuesto de principios activos específicos para esa zona de la cara (sobre todo colágeno y vitamina C), que harán que tu mirada se vea mucho más joven y descansada.
También puede optar por un contorno de labios, para evitar las arrugas prematuras en esa parte de la cara. Además, si tus labios se resecan con facilidad, utiliza diariamente una barra de labios o cremas ricas en vitamina C y retinol.
4. Hidrata con una crema
Para la hidratación te recomendamos la utilización de una crema. Es fundamental que elijas la más apropiada para tu tipo de piel. Si tienes la piel grasa, no te conviene utilizar cremas con alto contenido en aceites, y sí aquellas que sean humectantes, astringentes y no comedogénicas. Si, por el contrario, tu piel tiene tendencia a la sequedad, lo mejor será decantarse por una crema emoliente enriquecida que contrarreste los efectos de la excesiva sequedad y calme la piel.
Las cremas de día deben ser ricas en antioxidantes, vitamina C y ácido hialurónico; y deberás aplicarlas por la mañana. Por su parte, las cremas de noche contendrán ácido retinoico o glicólico, ya que estas sustancias se encargan de la regeneración celular.
5. No te olvides de la protección solar
Una correcta protección solar evitará la aparición de los signos de envejecimiento y manchas en tu piel. Presta atención a si tu crema hidratante de uso diario ya incorpora una protección contra los rayos UV. En caso contrario, utiliza un protector específico para el día a día, aunque no vayas a exponerte al sol en una playa o piscina. Este es un paso fundamental en tu rutina diaria de mañana.
La cara es nuestra carta de presentación, de ahí la importancia de presentar un buen aspecto en vez de una cara cansada y descuidada. Además de verte mejor en el espejo, la estarás haciendo que tu piel esté más saludable y sea mucho más receptiva a cualquier tratamiento médico o estético.