A menudo los queloides se presentan como un tipo de alteraciones en la piel, y pueden llegar a confundirse con cicatrices hipertróficas. Sin embargo, no son lo mismo y conviene saber diferenciarlas.
Se cree que algunas personas pueden estar genéticamente predispuestas a tenerlos, ya que más del 50% de quienes los presentan, tienen familiares que también los han desarrollado.
Además, pueden aparecer en cualquier parte de la piel, pero con mayor frecuencia en la zona del pecho, los hombros, la parte superior de la espalda, la parte posterior del cuello y los lóbulos de las orejas.
¿Qué son los queloides?
Los queloides son pequeñas alteraciones de la piel que aparecen a partir de una cicatrización anormal. Su aspecto es el de una especie de cicatriz que ha crecido demasiado, con una forma abultada, gruesa e irregular, que se eleva por encima del nivel de la piel y se extiende más allá de los límites de la herida original.
Algunos estudios apuntan a que las cicatrices queloides , generalmente, se desarrollan en pieles de color oscuro o que han sufrido una quemadura en la zona.
Tanto las queloides como las cicatrices hipertróficas se elevan por encima del nivel de la piel, pero las cicatrices, a diferencia de los queloides, no se extienden más allá de la herida original.
Además, las cicatrices hipertróficas comienzan a desarrollarse en los dos meses posteriores a una lesión traumática, crecen rápidamente durante unos 6 meses y luego retroceden lentamente durante unos años hasta que se estabilizan.
También tienden a desarrollarse en áreas del cuerpo como los hombros, el cuello, las rodillas y los tobillos, donde la piel experimenta bastante tensión, porque corresponden con articulaciones y partes en constante movimiento.
Cuándo una cicatriz hipertrófica se convierte en queloide
Esto puede ocurrir, bien por la prolongación de la fase inflamatoria o bien porque se detiene la fase proliferativa, sin que se llegue al periodo de maduración. En este caso, aumenta el colágeno I en oposición al colágeno II, lo que supone una alteración celular, con una excesiva cicatrización del tejido fibroso.
Diferencia entre queloides y cicatrices hipertróficas
A diferencia de las cicatrices hipertróficas, los queloides tardan varios años en desarrollarse después de una lesión menor. A veces se forman espontáneamente en medio del tórax, sin una lesión precedente. Duran muchos años y no experimentan regresión espontánea.
Tienden a formarse en el pecho, los hombros, los lóbulos de las orejas, la parte superior de los brazos y las mejillas.
Además, a menudo vuelven a aparecer después de ser extirpados quirúrgicamente, lo que rara vez ocurre con las cicatrices hipertróficas.
¿Qué causa la aparición de estas cicatrices?
Los médicos no entienden exactamente por qué se forman los queloides. Las alteraciones en las señales celulares que controlan la proliferación y la inflamación pueden estar relacionadas con su proceso de formación.
Sin embargo, estos cambios aún no se han caracterizado suficientemente para explicar este defecto en la curación de heridas.
Cómo se forman
Aparecen lentamente. Se tarda de 3 a 12 meses o más en ver los primeros signos. La mayoría aparece en el periodo de un año después de producirse una cicatriz.
Comienzan como una cicatriz rosa, roja o púrpura levantada. Si aparecen en el lóbulo de la oreja, es probable que sean redondos u ovalados. En el pecho, las piernas o los brazos, probablemente serán una cicatriz elevada con una superficie plana.
Crecen durante semanas, meses y, a veces, incluso años, aunque algunos también puede desarrollarse rápidamente y triplicar su tamaño en pocos meses.
Su tacto es más suave, firme y duro que el resto de la piel. También tienen un color diferente. Causan dolor, picazón o sensibilidad mientras crecen. No obstante, cuando dejan de hacerlo, los síntomas generalmente desaparecen.
La mayoría son sólidos y su posición es fija. En el cuello, el abdomen o en las orejas, pueden ser protuberantes, por lo que se mueven ligeramente cuando se les toca. Se vuelven más oscuros con el tiempo, sobre todo en los bordes.
¿Hay tratamiento para los queloides y reparar este tejido dañado?
La respuesta es sí, pero no todos los tratamientos consiguen acabar por completo con ellos. A veces, una vez eliminados, vuelven a aparecer.
Para llevar a cabo un cuidado correcto del área dañada de la piel se pueden utilizar cremas de farmacia o ungüentos caseros. Por ejemplo, se pueden realizar friegas 3 veces al día de durante cuatro o cinco semanas, con vinagre de sidra de manzana.
Otra solución es tomar colágeno para la piel, de forma que se acelera el proceso de cicatrización.
No obstante, la forma más efectiva para su desaparición son los tratamientos estéticos en clínicas especializadas.
Tratamientos específicos
Un dermatólogo, generalmente, puede diagnosticar estas cicatrices a simple vista. A veces, se puede realizar una biopsia en caso de un crecimiento muy rápido.
Para dar a sus pacientes los mejores resultados, estos especialistas médicos pueden recomendar más de un tipo de tratamiento. La razón es que estas cicatrices pueden ser difíciles de eliminar y algunas reaparecen, por lo que hay que actuar de forma personalizada. El uso de dos o más tipos de tratamiento a menudo mejora los resultados.
El tratamiento puede incluir:
- Inyecciones de corticosteroides y otros medicamentos que ayuden a reducir la cicatriz.
- Extirpación quirúrgica (cirugía queloidea). Si bien esto puede parecer una solución permanente, es importante saber que casi el 100 % de los queloides regresan después de este tratamiento.
- Tratamiento con láser para reducir la altura y difuminar el color. A menudo, se usa junto con otro tratamiento, como de inyecciones de corticosteroides o presión.
- Láminas y geles de silicona, usadas junto con la presión para evitar el retorno de la protuberancia.
- Crioterapia. Este tratamiento congela la cicatriz y reduce su dureza y tamaño.
- Tratamientos con radiación después de una cirugía, para evitar su reaparición.
- Ligadura. Si se puede unir un hilo quirúrgico alrededor del queloide, el dermatólogo puede recomendar este tratamiento. El hilo quirúrgico lo corta gradualmente, lo que puede hacer que este caiga.
Para concluir podemos decir que los queloides son protuberancias en la piel cuyo origen son cicatrices que evolucionan de manera anormal. Las causas son desconocidas, pero pueden influir antecedentes familiares, color oscuro de piel o quemaduras. Siempre se debe acudir al médico para que nos dé un diagnóstico recomendado.