El invierno es una época del año en la que tenemos que prestar más atención al cuidado de nuestra piel. Tengas la piel sensible o no, los cambios bruscos de temperatura pueden afectar a tu dermis de manera negativa, con la aparición de rojeces, por ejemplo. Por ello, protege tu piel del frío para mantenerla con un aspecto saludable y lleno de vida en cualquier época del año.
Protege tu piel del frío: sigue estos consejos
El frío reseca la piel y provoca que esta se muestre deshidratada, sin vida y sin brillo, por lo que es esencial que la mimes más de lo habitual. Sigue estos consejos prácticos que debes tener en cuenta en todo momento de esta época del año, para evitar el enrojecimiento facial o eritema y otros estragos en la piel derivados de las bajas temperaturas.
Proteger la piel del frío en temporadas con temperaturas extremas es fundamental para que siga con un aspecto saludable y lleno de vida
Las partes del cuerpo más sensibles al frío
Aunque toda la piel de nuestro cuerpo puede sufrir por el frío, hay zonas que no solo están más expuestas, sino que son más delicadas. Son las siguientes:
- Cara y cuello. Por mucho que la protejamos con gorros y bufandas, la piel del rostro y el cuello ya es de por sí más delicada, así que le prestaremos más atención en nuestra rutina de higiene facial. Usaremos cremas hidratantes indicadas para estas zonas y no nos olvidaremos de aplicar protector solar siempre antes de salir de casa para evitar las manchas solares. Como alternativa cuentas con las cremas hidratantes con factor de protección solar 20 o 30.
- Manos. Puede que no le demos mucha importancia a cuidar nuestras manos del frío, pero lo cierto es que están muy expuestas. Y es que, aunque llevemos guantes, no siempre podemos realizar todas las tareas con ellos puestos, por lo que las exponemos a temperaturas gélidas. Por eso es importante que las incluyamos en nuestra rutina de hidratación, aplicando cremas de manos específicas. Si ya las notas muy secas, el uso de cremas que contengan urea mejorarán en gran manera su aspecto y salubridad.
- Labios. La piel de los labios es más fina que la de cualquier otra parte de nuestro rostro, así que proteger tu piel del frío en esta zona es fundamental. Además de usar cremas que los cuiden en nuestra rutina en casa, siempre es recomendable contar con un bálsamo labial en el bolso que puedas aplicar varias veces al día. Y es que este forma una capa protectora que mantendrá tus labios intactos.
- Nariz. ¿Te has dado cuenta de que lo primero que se enfría cuando tienes frío es la nariz? Esto se debe a que está muy expuesta a la temperatura exterior, lo cual pone de manifiesto que debemos protegerla para evitar las rojeces y la sequedad.
La hidratación (interna y externa) será tu aliada
Aunque cuentes con una buena rutina de higiene facial, no hay que olvidar la hidratación. Lo más recomendable es utilizar cremas de hidratación profunda que puedan aportar todos los nutrientes que la piel necesita. También será fundamental elegir una adecuada a tu tipo de piel.
Hay que entender que el hecho de tener la piel grasa no significa que no pueda deshidratarse debido al frío. Este tipo de cremas también pueden incluir componentes antioxidantes y anti envejecimiento, que ayudan a mantener la elasticidad y firmeza de la piel, a la vez que muestra un aspecto rejuvenecido. Es importante evitar las cremas y productos que contengan alcohol.
Es recomendable aplicar estas cremas sobre todo de noche, ya que las horas de descanso ayudan a rejuvenecer la piel en invierno. Por supuesto, no solo debemos aplicar cremas con efecto barrera e hidratantes en nuestro rostro, sino también en todo nuestro cuerpo, puesto que toda nuestra dermis sufre con las temperaturas frías.
Por otro lado, la hidratación no debe ser solo tópica, sino que también debemos hidratarnos interiormente, bebiendo suficiente agua al día. La cantidad que los expertos nos aconsejan es entre 1,5 y 2 litros al día. Si no te gusta mucho el agua, puedes beber infusiones sin azúcar ni edulcorantes.
Cuida tu piel con una buena alimentación
Dicen que somos lo que comemos, por eso la alimentación también puede incidir positiva o negativamente en el aspecto de nuestra piel. Mantener una dieta equilibrada y saludable puede ayudar a nuestro cuerpo a tener los nutrientes necesarios que le permitan mantener la hidratación natural de la piel. Es importante aumentar el consumo de alimentos ricos en vitaminas y antioxidantes como las frutas y verduras, así como proteínas de alta calidad, como las que tienen la carne y el pescado.
Protege la piel del frío con prendas adecuadas
Para proteger la piel del frío es muy importante que vistas la ropa adecuada y protejas todas aquellas zonas del cuerpo más delicadas, como las manos, orejas, cuello, labios y boca. Elige prendas de lana y tejidos naturales y térmicos que no requieran llevar mucho encima, pero sí que aporten el calor que tu cuerpo y tu piel necesitan.
No abuses del agua caliente
Sabemos que no hay nada más agradable cuando hace frío que pasarnos largo tiempo en la ducha bajo el agua caliente. O lavarnos la cara con agua caliente por la mañana. Pues bien, debemos evitar el abuso del agua a una temperatura elevada, ya que esta no hace más que resecar la piel y contribuir a que se vea apagada y sin brillo. Esto no quiere decir que te duches con agua fría, pero sí evitar que esté demasiado caliente, optando por el agua tibia.
Como ves, estos consejos para proteger tu piel del frío no son complicados, y puedes ponerlos en práctica a diario. De este modo, este invierno tu piel sufrirá mucho menos y tendrá un aspecto más saludable y lleno de vida. Recuerda que también existen tratamientos que cuidan y mejoran el aspecto de tu piel. Puedes pasar por tu centro Hedonai más cercano para que te asesoremos personalmente sobre cuáles son los más adecuados para ti.