Una piel luminosa es un atributo que brinda a tu imagen un aura de salud y de belleza indiscutibles. Es muy deseado conseguir este tipo de piel, pero este propósito puede verse truncado por una gran cantidad de factores. Uno de ellos es la inadecuada limpieza del cutis, lo que no permite que se eliminen las impurezas y que se renueve la capa superficial de la epidermis.
Los hábitos alimentarios inadecuados impiden que la piel se nutra adecuadamente y no brindan salud ni resplandor a la piel. Otro malos hábitos también influyen, como fumar que resta oxigenación a la piel y la envejece prematuramente. La hidratación insuficiente es otro factor que puede incidir negativamente en el aspecto del rostro. El estrés te presta una expresión tensa que termina por marcar líneas y arrugas; la falta de descanso nocturno o un sueño no reparador son otros factores que también hacen perder vitalidad a tu piel.
Por qué me veo la piel apagada
Una serie de factores inciden en la aparición de una piel de aspecto seco y mustio, con tendencia a envejecer y sin lozanía. El estrés puede llevarte a padecer de acné y también produce flacidez y piel enrojecida. Por otra parte, debido a ello se suele consumir café en exceso, y es muy poco recomendable ya que deshidrata. La falta de descanso incide en la aparición de ojeras y aumenta los niveles de serotonina y cortisol, generando envejecimiento prematuro.
Una dieta inadecuada resta vitaminas, oligoelementos, minerales y proteínas al organismo, lo que se refleja en el aspecto del cutis. La deshidratación colapsa los tejidos del rostro creando una malla de finas arrugas casi imperceptibles que con el tiempo quedan establecidas.
Remedios naturales para una piel luminosa
La piel del cuerpo y la cara refleja el estado de salud general. Por ello llevar una vida saludable es el mejor remedio para conservarla joven y mucho antes de recurrir a los productos cosméticos o a las cirugías. Puedes encontrar en casa recursos para cuidarla. Te desvelamos algunos trucos.
Remedios naturales para un rostro luminoso
Utilizando lo que tienes por casa puedes elaborar unas mascarillas exfoliantes naturales para usar 1 o 2 veces a la semana. Puedes utilizar café molido o azúcar para exfoliar tu piel. Aplícalas en la cara, el cuello y también en el escote u otras partes del cuerpo si lo necesitas. La exfoliación puedes llevarla a cabo en la ducha si lo prefieres. Ten cuidado de no frotar con demasiada fuerza el exfoliante sobre la piel y evita siempre el contorno de ojos
Posteriormente, puedes elaborar una de las mascarillas caseras que te comentamos a continuación y aplicarla justo después de la exfoliación. Transcurridos uno 15 o 20 minutos, aclara o enjuaga la mascarilla con agua tibia.
Algunas de las mascarillas que te ayudarán a recuperar la piel luminosa son:
- Mascarilla de plátano y leche vegetal. Ilumina el rostro con solo aplicarla.
- Mascarilla de pepino y té verde. Sus componentes antioxidantes ayudarán a tu piel y como consecuencia la notarás más iluminada.
- Aguacate convertido en pasta. Aplícalo con una mascarilla hidratante durante la noche y luego retiras con una toalla húmeda para que quede una capa fina. Así aprovechas esas horas nocturnas y la retiras al levantarte.
- Crema hidratante con vitamina C. Elabórala tu misma utilizando miel, kiwi y zumo de naranja. Aplícala sobre el rostro, cuello y escote durante 20 minutos y después retira con agua tibia.
Con estas mascarillas naturales notarás los resultados rápidamente. Verás que han aportado luminosidad e hidratación a tu piel.
Remedios naturales para una piel luminosa en todo el cuerpo
A continuación te dejamos algunos tips, o remedios, para conseguir una piel luminosa no sólo en el rostro, si no en todo el cuerpo. No debemos cuidarnos únicamente por fuera, si no también por dentro. Mediante una nutrición adecuada podemos ayudar a nuestra piel a estar más hidratada y luminosa:
- Superalimentos. El pescado azul, como el salmón, y los frutos secos son ricos en omega 3, que equilibran los lípidos de la piel y ello favorece la hidratación celular.
- Zinc. Este nutriente está presente en los huevos e interviene en la producción de proteínas y en la renovación celular.
- Té verde. Te proporciona alcaloides, antioxidantes, muchas vitaminas y minerales, compuestos que son indispensables para lograr el equilibrio de los tejidos.
- Bebe agua. Debemos consumir dos litros de agua al día, u ocho vasos si lo prefieres. De este modo nos mantendremos hidratados y repercutirá de forma directa en el estado de nuestra piel.
- Exfolia todo el cuerpo, no solo el rostro. Este proceso también le brinda luminosidad a la piel. Por ejemplo, el cepillado en seco con cerdas naturales estimula la circulación y elimina las células muertas.
- Alternar en la ducha agua fría y tibia. Este proceso ayuda a que los exfoliantes y aceites hidratantes tengan un efecto más profundo al aplicarlos sobre nuestra piel.
- Evita la exposición al sol. Es fundamental tanto en el rostro, como en el cuerpo. Utiliza un protector solar SPF de 50 o superior y evita exponerte en las horas de mayor incidencia.
Una piel luminosa es producto del hábito de llevar una vida sana y de que le prodigues con constancia los cuidados que merece. Las cremas y tratamientos estéticos deben ir acompañados siempre de buenos hábitos.