Los lentigos en la piel son un tipo de mancha que aparece normalmente en personas de raza blanca. Pueden distinguirse perfectamente por su tamaño, llegándose a diferenciar hasta tres tipos. Resolvemos todas tus dudas sobre si estas manchas de la piel son peligrosas, si existe prevención y qué tratamientos son los más adecuados para eliminarlas.
¿Cuáles son las causas de los lentigos en la piel?
La exposición al sol es una de las causas de la aparición de estas máculas, que pueden darse en cualquier parte del cuerpo. En algunos casos, suelen manifestarse durante la infancia, atenuándose en determinadas estaciones del año.
También existe un componente hereditario en determinadas enfermedades donde los lentigos forman parte de su sintomatología. Es el caso de los síndromes de Leopard, de LAMB y de Peutz-Jeghers. Es necesario poder diferenciar los casos en los que aparecen estas máculas debido a enfermedades hereditarias y no por exposición al sol.
Para poder tratarlos, es fundamental poder diferenciar los casos en los que aparecen estos lentigos debido a enfermedades hereditarias y no por exposición al sol.
Características de los lentigos
Por lo general, los lentigos en la piel son manchas benignas que se dan con más frecuencia en personas de epidermis clara. Se caracterizan por una hiperpigmentación de la piel que da como resultado manchas de color marrón claro u oscuro con un tamaño que va desde 1 mm hasta 15 mm de ancho.
Si estas manchas presentan irregularidades en la forma, textura rugosa y abultada y con tendencia a engrosarse, es el momento de prestar especial atención sobre ellas. En estos casos, es fundamental consultar con el especialista en dermatología para llevar una estrecha vigilancia sobre las manchas.
¿Se pueden prevenir?
Cuando una persona es susceptible de sufrir esta alteración, es importante que lleve a cabo unas medidas de protección relacionadas con la exposición directa al sol, porque la luz solar estimula la aparición de estas máculas, pudiendo empeorarlas en muchos casos.
Cuando afectan a la apariencia del rostro especialmente, es crucial no descuidar las precauciones durante los meses de calor por los efectos que tiene el sol sobre estas manchas, especialmente si han sido provocadas por tal motivo.
Tipos de lentigos que existen
Se distinguen tres tipos de lentigos producidos por hiperpigmentación de la piel:
- Las pecas son uno de los tipos más comunes. Aparecen durante la etapa infantil y pueden manifestarse en cualquier parte del cuerpo. Aumentan su intensidad al contacto directo con la luz solar. En cambio, durante las estaciones más frías pueden llegar a desaparecer. Sus tonalidades se mueven entre el rojo y el marrón, pudiendo medir entre 1 y 2 milímetros.
- El lentigo solar tiene más presencia en personas adultas. Se caracteriza por verse muy condicionado por la luz solar, por lo que suelen verse más involucradas aquellas partes del cuerpo que sufren mayor exposición, como la cara, las manos, el escote, los antebrazos y los hombros. En ocasiones, se observa también en menores que han sufrido quemaduras solares, siendo el lentigo su consecuencia directa.
- Los lentigos juveniles pueden manifestarse desde la infancia. En este caso, la luz solar no interviene en el oscurecimiento de las manchas ni en su multiplicación. Son máculas que mantienen su número con independencia de las circunstancias ambientales y que, en algunos casos, pueden deberse a problemas congénitos más graves. Se identifican por ser más grandes que las pecas, pudiendo alcanzar 10 milímetros de diámetro. Son redondos u ovalados y de apariencia más oscura, llegando a parecer negros.
Diferencias entre lentigos, melasmas y manchas solares
Los lentigos son propios de pieles claras y pueden desarrollarse en las distintas etapas de la vida, pero existen otros tipos de manchas que pueden confundirse con ellos. Para diferenciar correctamente los lentigos de los melasmas y las manchas solares, es preciso atender a las siguientes características.
Los melasmas son propios de pieles oscuras
Se dan mayoritariamente en mujeres jóvenes, aunque también pueden aparecer en hombres. Son manchas con bordes simétricos, visibles en aquellas partes de cuerpo que se exponen frecuentemente al sol, como el rostro (y especialmente la frente y las mejillas). A diferencia de los lentigos, en ellos existe una predisposición genética importante, por lo que son más difíciles de eliminar. También pueden ser debidos a problemas hormonales o a la toma de anticonceptivos.
Las manchas solares
Son muy parecidas a los lentigos, podrían desencadenar un problema maligno, sobre todo al producirse por quemaduras derivadas de los rayos ultravioleta. Se generan por un aumento de melanina, sustancia producida por células específicas, los melanocitos, que sufre alteraciones en caso de una exposición prolongada al sol. Una de las consecuencias más comunes es el envejecimiento de la epidermis, más notorio en personas de raza blanca.
¿Pueden ser peligrosos o malignos los lentigos?
Los lentigos, como cualquier otra mancha, deben vigilarse meticulosamente. En su mayoría son benignos, pero podrían manifestar ciertas características que indicarían peligrosidad, como mayor grosor o aumento de diámetro; por eso, siempre es recomendable consultar con el médico.
También resulta conveniente someterse a determinadas pruebas que ayuden a detectar posibles complicaciones. En esta línea, una biopsia sería un procedimiento diagnóstico suficiente para detectar un lentigo maligno.
Aunque los lentigos son benignos en su mayoría, deben vigilarse meticulosamente como cualquier otra mancha en la piel.
¿Existen tratamientos para eliminar los lentigos?
Los lentigos benignos pueden tratarse con diversos métodos. Uno de ellos es la luz pulsada, que permite atenuar los contrastes de la epidermis. Por su parte, existen sustancias despigmentantes como la hidroquinona o la tretinoína que logran hacer menos evidentes estas manchas, siendo un tratamiento idóneo para los casos de lentigos solares, más perdurables y complicados de erradicar.
La crioterapia, basada en la aplicación de nitrógeno líquido, y el láser, siempre que sea afín a la melanina, se presentan, asimismo, como alternativas válidas para disminuir los efectos de estas máculas.
Curiosamente, los lentigos juveniles y las pecas pueden llegar a eliminarse por sí solas con el paso del tiempo. Es frecuente que aparezcan en las temporadas de mayor radiación solar y desaparezcan conforme avanza el otoño.
En conclusión, los lentigos son un problema fundamentalmente estético, ya que no conllevan una sintomatología que implique efectos adversos para las personas que los sufren. Lo único que debe cuidarse es la exposición a los rayos ultravioleta y a un posible cambio en la morfología de determinadas manchas. Cuando una persona encuentre una mancha que le ocasione dudas, lo más recomendable es que acuda al especialista en dermatología para someterse a un examen específico.