Todas las personas suelen tener más o menos grasa acumulada en alguna zona del cuerpo. Esto puede obedecer tanto a factores genéticos como la dieta o los hábitos de vida. Esta grasa no es nociva, todo lo contrario. Cualquier tipo de grasa sirve para almacenar energía en el cuerpo. El problema aparece cuando esa grasa acumulada es mucho mayor de la que debería para realizar las funciones básicas como mecánicas, protección del frío y del calor, etc.
Pero, ¿podemos evitar llegar a este extremo aún a pesar de factores genéticos? Veamos primero los distintos tipos de grasa para poder saber cómo eliminarla.
¿Qué tipos de grasa existen?
No todos los tipos de grasa son iguales y no se pueden eliminar de la misma manera. Además hay grasa que no es útil para el cuerpo, y otra que nos ayuda a quemar esta grasa poco útil. Veamos los tipos:
- Grasa parda: también llamada grasa «buena». Es la que tenemos desde nuestro nacimiento y que podemos quemar fácilmente cuando lo necesitemos y, además, nos ayuda a quemar la grasa «mala».
- Grasa visceral: es la que envuelve los órganos y es muy importante para mantener su correcto funcionamiento.
- Grasa esencial: es la grasa esencial para la vida y para tener un cuerpo sano. Se encuentra en la médula, corazón, pulmones y otros órganos.
- Grasa blanca: son las células grasas necesarias para poder quemar energía en un momento posterior. Además, desempeña un papel importante en la función de hormonas como los estrógenos, el cortisol, la leptina, la insulina y hormonas del crecimiento. Acumular demasiada grasa blanca puede ser perjudicial para la salud.
- Grasa beige: es la más recientemente descubierta. Se trata de la grasa blanca que ha logrado transformarse en grasa parda. Este tipo de grasa podría ser determinante para ayudar a quemar grasa en lugar de almacenarla.
¿Por qué se acumula la grasa en nuestro cuerpo?
Perder grasa no se trata solo de seguir una determinada dieta y hacer ejercicio. Aquí veremos que hay muchos más factores.
1. Genética
Ya se han identificado genes que predisponen a acumular grasa, lo que los científicos llaman el Genotipo Ahorrador. En realidad, se trata de una ventaja de la evolución, ya que permite al cuerpo humano vivir más tiempo sin alimentos. Los genes pueden llegar a influir hasta el 70 u 80 % la presencia de grasa en el organismo.
2. Mala alimentación y sedentarismo
No solo se debe a ingerir demasiada cantidad de calorías y no consumir las suficientes. Influye la asiduidad con la que practicamos ejercicio, de qué clase de ejercicio se trata y cómo distribuimos la cantidad de alimentos durante el día. Por ejemplo, hábitos como pasar mucho tiempo sin comer no favorecen la grasa localizada, mientras que lo que ingerimos por la mañana no engorda tanto como lo que ingerimos por la noche.
3. Procedencia de las calorías
No son lo mismo las calorías procedentes de alimentos procesados que del aceite de oliva virgen. También hay estudios que indican que los azúcares refinados se convierten más fácilmente en grasas que otro tipo de carbohidratos.
4. Estrés
El estrés hace que nuestro cuerpo libere cortisol y adrenalina. El cortisol favorece la liberación de grasa en la sangre, y que se acumule en el abdomen.
5. Descanso insuficiente
No dormir las horas necesarias para el organismo aumenta los niveles de la hormona leptina, la cual aumenta los de la grelina, que provoca un aumento de apetito.
6. Edad
Con la edad, disminuye el gasto calórico del organismo y la forma en que se distribuye, debido a factores hormonales. Es un proceso natural y no se puede hacer nada por evitarlo.
7. Flora intestinal
Las bacterias presentes en el intestino influyen fuertemente en los nutrientes que son absorbidos en el intestino y en los que no. Un estudio efectuado en animales demostró que, si se transmitía flora bacteriana de un animal obeso a uno delgado, este último engordaba.
Cómo eliminar la grasa acumulada
Si estás deseando esculpir tu figura o eliminar la grasa rebelde que se ha acumulado en ciertas partes de tu cuerpo, te damos estos consejos para que la puedas eliminar:
- El ejercicio cardiovascular: es la mejor forma de gasto energético. Pero siempre con moderación, ya que se ha observado que demasiado genera una «resistencia» en el cuerpo, que termina quemando menos calorías en este ejercicio.
- Dieta hipocalórica: seguir una dieta variada, con las vitaminas, minerales, proteínas, etc. necesarias, solo que con menos calorías, parece ser una fórmula mágica para reducir la grasa.
- Ser constante y paciente: las dietas rápidas llevan al temido «efecto rebote» y también hay que tener en cuenta que una persona con un gran exceso de grasa corporal tardará más en quemarla que si se trata solo de perder unos kilos.
En conclusión, debemos ser realistas y tener en cuenta que perder grasa acumulada puede llegar a ser muy difícil. Sin embargo, en las causas que provocan esta acumulación de grasas puede estar la clave para evitarla y hay una serie de métodos para eliminar la grasa abdominal que son eficaces para conseguir que se desaparezca.