La flacidez de los muslos es uno de los problemas estéticos más habituales. Lucir unas piernas firmes y con la piel tersa es todo un reto para la mayoría de personas, sobre todo a partir de cierta edad, por lo que es importante conocer cuáles son las causas de la flacidez. Además, es importante descubrir las técnicas más adecuadas para solucionar este problema.
¿Por qué tengo los muslos flácidos?
Entre las causas más habituales de la flacidez de los muslos, destacan:
- Los cambios hormonales, que pueden llevar a la destrucción del colágeno y la elastina, las fibras que son las responsables de mantener la piel firme y tersa.
- Pérdida brusca de peso, afecta directamente a la estructura de la piel.
- El paso del tiempo, ya que el envejecimiento de la piel hace que pierda su tersura de manera natural.
- La falta de ejercicio físico y la vida sedentaria, que provocan que los músculos pierdan su fuerza.
- El fotoenvejecmiento, ya que los rayos solares pueden producir deshidratación y aceleran el proceso de oxidación celular. Esto aumenta todavía más la destrucción del colágeno y la elastina y, por lo tanto, aumenta la flacidez.
- La falta de proteínas en la dieta también hace que los músculos se vuelvan más flácidos.
- Las personas fumadoras también tienen problemas de tersura de la piel.
- La predisposición genética hace que muchas personas padezcan flacidez en los muslos sin tener una causa definida.
Cómo combatir la flacidez en los muslos: las mejores técnicas
Conseguir unas piernas tersas y sin flacidez en pasa por aplicar diversas técnicas, como:
1. Hacer rutinas de ejercicio físico
Ser constante a la hora de establecer una rutina de ejercicios de trabajo de piernas es indispensable para evitar la aparición de flacidez en la zona de los muslos. Entre estos, no pueden faltar las piernas laterales y las sentadillas.
Los ejercicios de piernas laterales se realizan recostando el cuerpo de lado y elevando la pierna extendida y en tensión. Después, se cambia de lado para repetir el movimiento con la pierna contraria.
En cuanto a las sentadillas, es importante colocar la espalda recta, flexionar ligeramente las rodillas (sin que superen las puntas de los pies) y abrir las piernas a la altura de los hombros. Con esta postura, se desciende y asciende suavemente.
2. Uso de cremas reafirmantes
La aplicación de cosméticos reafirmantes es otra opción para mantener el tono de la piel y, por lo tanto, evitar la flacidez. Estos productos contienen activos hidratantes y otros con poder regenerador capaces de activar la tensión de las fibras de la piel. En el mercado, se pueden encontrar numerosas cremas reafirmantes corporales que ayudan a reafirmar los muslos.
3. Aplicación de técnicas estéticas
También es posible optar por algunas técnicas estéticas para reducir los problemas de flacidez sin tener que pasar por el quirófano.
Las inyecciones de hidroxiapatita cálcica son el relleno perfecto para conseguir que la piel de los muslos recupere su tersura y firmeza sin efectos secundarios.
Los hilos tensores que se aplican en los muslos para reafirmarlos son de un material reabsorbible. Se introducen debajo de la piel y se quedan tensos por sí solos. Además, estimulan la producción de elastina y colágeno del cuerpo.
Por otra parte, la mesoterapia es muy beneficiosa ya que es un tratamiento no invasivo que consiste en la aplicación de pequeñas dosis de medicina homeopática debajo de la piel para mejorar la circulación de la sangre y conseguir estimular la zona.
En definitiva, combatir la flacidez pasa por tener hábitos de vida sanos, evitar la vida sedentaria y, sobre todo, recurrir a técnicas estéticas efectivas para reducir este problema, como los hilos tensores, la mesoterapia y la hidroxiapatita cálcica.