Una piel sensible necesita cuidados extra que una piel normal quizá no necesite. ¿Por qué a veces se producen brotes de sensibilidad en una piel normal? ¿Qué factores influyen en su aparición? ¿Cómo podemos resolver estos brotes? El doctor Elías del Río, de Hedonai, nos da las respuestas a estas cuestiones.
¿Qué entendemos por piel sensible?
El concepto de “ piel normal”, entendido como una piel equilibrada y que funciona correctamente, es muy relativo pues la salud de la piel, está influenciada por diferentes elementos ambientales, alimentarios, etc.
Una piel sensible, también conocida como piel atópica o reactiva, es la piel que reacciona fácilmente a elementos externos, como puede ser el frío, el sol, el viento, el estrés, las hormonas, etc. Normalmente este tipo de piel se relaciona con la piel seca, aunque también puede darse en pieles grasas.
Características de una piel sensible
En muchas ocasiones puede resultar complicado identificar la piel sensible, su principal característica es que suele presentar irritación y enrojecimiento. Algunos de los síntomas por los que podemos identificar una piel sensible son:
- Enrojecimiento
- Sequedad
- Descamación
- Alergias
- Picor y sensación de calor
Cuidados para pieles sensibles
Para tratar pieles sensibles se emplean cremas hidratantes emolientes, éstas deben ser fórmulas específicas libres de parabenos, siliconas, ácidos y alcohol así como cualquier agente irritante, como el retinol.
En cuanto a la frecuencia con la que se deben aplicar sobre la piel, el doctor Elías del Río, recomienda siempre la utilización de un producto específico para pieles sensibles, y aplicar, dicho producto, una o dos veces a la semana, sobre la piel limpia.
Es necesario limpiar la piel por la mañana y por la noche y realizar rutinas de cuidado para favorecer la protección natural de la piel. Además de limpiar la piel y utilizar los productos adecuados, es necesario cuidar la exposición al sol y a temperaturas extremas y evitar la exfoliación agresiva.
Además, el doctor del Río, nos advierte que, la dermatitis atópica, no es un problema exclusivo de los más pequeños, si no que puede surgir a cualquier edad, de hecho, cada vez se diagnostican más casos.
También se puede presentar piel sensible en el cuero cabelludo, en cuanto a la irritación de esta zona, es muy posible que empecemos a notar picores, pinchazos, sensación de quemazón o tirantez. Esto se asocia, frecuentemente a una hiperreactividad de las fibras nerviosas y surge como consecuencia, de factores externos como tintes o champús.
Por todo esto, es muy importante tratar estas posibles reacciones de la piel cuanto antes y de forma adecuada, ya que en ocasiones puede derivar en una alergia al sol que conviene tratar con especialistas.