Una piel mixta deshidratada y sensible, cuando se trata de la cara, se caracteriza por provocar el exceso de grasa en la llamada zona T: nariz y frente, mientras que en las mejillas hay sequedad.
Puede tender a ser más a grasa o más seca, en función de si el exceso de sebo en la zona grasa o zona T es predominante, o si por el contrario, la sequedad en las mejillas se extiende a otras zonas de la cara donde también se producen rojeces.
A este tipo de pieles les falta agua, porque no son capaces de retenerla bien, al existir otra carencia: la de lípidos epidérmicos. Se considera que la piel está deshidratada cuando en su capa intermedia, la dermis, hay menos de un 10% de agua.
Aunque parezca una contradicción, una piel grasa puede estar deshidratada y esto se ve en la falta de elasticidad del cutis. La piel se vuelve frágil, apagada y áspera al tacto.
Claves para tratar la piel mixta deshidratada y sensible
Una piel con estas características debe ser tratada para que recupere su aspecto natural, para devolverle la luz, la elasticidad y el tacto suave.
Para ello hay que seguir unas recomendaciones al pie de la letra, ya que en la constancia está la clave. Hay que tener en cuenta que los cambios de estación también afectan al cutis, así como circunstancias externas.
La limpieza facial
Una buena rutina de limpieza facial es vital para comenzar a cuidar la piel del cutis.
Esta se debe realizar por la mañana y por la noche, sobre todo si se trata de una piel que ha sido maquillada.
La limpieza debe hacerse con agua tibia, por el factor de sensibilidad que tienen este tipo de pieles, que se alteran con agua muy caliente o muy fría. Y debe finalizar con una base de hidratación, mediante una crema hidratante. Además, es importante el uso de una crema regeneradora de noche, ya que en ese momento la piel está más receptiva debido a la gran actividad celular que presenta. Si existe deshidratación importante, un sérum hidratará más profundamente que una crema.
También es recomendable realizar la doble limpieza facial coreana, es un método muy eficaz para este tipo de piel.
No dejar restos de maquillaje
Es muy importante contar con un maquillaje de buena calidad y adecuado al tipo de piel que se posee. Un maquillaje orgánico y natural es el más apropiado cuando la piel es sensible, además de intentar no abusar de él.
Pero lo esencial es desmaquillar la piel correctamente, para que los poros puedan respirar y oxigenarse, sin estar obstruidos. De lo contrario, las pestañas se pueden volver más quebradizas y la piel se puede secar. Además puede provocar la aparición de acné o de manchas en la piel.
Un desmaquillante específico para el tipo de piel, un bifásico para ojos y labios, y un gel limpiador son imprescindibles en el día a día. Se debe terminar con un tónico que cierre los poros y unifique la piel.
El mantenimiento de hábitos saludables
El cuidado de la piel no solo debe venir desde el exterior, sino también del interior. Por este motivo, los hábitos saludables en cuanto a alimentación están relacionados con el buen estado del cutis.
Ingerir mucha agua y consumir alimentos que también la contengan, como la mayoría de frutas y verduras, es la clave. Los alimentos ricos en Omega 3 y en aceites naturales son una buena opción, así como algún complemento alimenticio a base de aceite de onagra y borraja, que sean ricos en vitamina E.
Proteger la piel del sol
La deshidratación de la piel es uno de los primeros pasos del envejecimiento cutáneo, y los rayos solares tienen su papel. Para impedirlo, hay que usar siempre una crema protectora solar de factor 30, como mínimo. Además, si se puede evitar exponer la piel deshidratada y sensible a otros agentes como el cloro de las piscinas, el viento y el frío, mejor que mejor.
El ácido hialurónico
Para combatir estos efectos, el ácido hialurónico puede ser un gran aliado. Este componente se encuentra de forma natural en el cuerpo y devolverá parte de la hidratación perdida.
Se puede combinar con cosméticos que tengan una alta concentración de esta sustancia, como algunos tipos de cremas. Se trata de una hidratación que penetra en capas profundas de la piel, tanto en formato crema como sérum.
Componentes positivos para el organismo
Además, las vitaminas, aminoácidos y oligoelementos también juegan a favor de la rehidratación del cutis. Estos últimos son pequeños elementos que deben estar presentes en el organismo para un correcto funcionamiento. En el caso de la piel, la falta de zinc, magnesio o cobre influyen en la deshidratación.
En resumen, una piel mixta deshidratada y sensible necesita una rutina de cuidados faciales combinada con tratamientos específicos que le ayuden a recuperar la elasticidad y suavidad. La mesoterapia es muy útil para tratar este tipo de pieles.