Cuando se deterioran las células que dependen de los radicales libres y su formación se detiene, se produce un fenónemo denominado estrés oxidativo. Para entender mejor de qué se trata, te explicamos cómo y por qué se produce, te damos las herramientas para saber reconocer los síntomas a tiempo y qué consecuencias entraña este efecto.
¿Qué es el estrés oxidativo?
El estrés oxidativo se produce cuando la cantidad de radicales libres es mayor de la necesaria en una célula. Los radicales son compuestos químicos formados por electrones caracterizados por ser muy inestables y reactivos. Estos, por su fórmula, son capaces de producir mucho daño en la propia célula y su actividad en el organismo se limita a interactuar con otras moléculas en busca de la estabilidad, dañando las que se encuentran a sus alrededores.
Por ello, al interactuar se produce el efecto de oxidación en el cuerpo y la estructura se deteriora o la función de esta se ve alterada. Físicamente, en el cuerpo se producen, como consecuencia, inflamaciones y degeneraciones en los tejidos que se han visto afectados.
Están relacionados con ellos los antioxidantes, células que ayudan a prevenir este tipo de variaciones y que contrarrestan los efectos de los radicales. Los antioxidantes intervienen en la cadena de oxidación producida por los radicales, se oxidan ellos mismos y, de este modo, evitan que lo hagan las moléculas cercanas.
Este es un proceso biológico y natural. El problema surge cuando se da un desajuste entre ambos tipos. La cantidad de células antioxidantes es limitada e insuficiente para actuar en defensa del organismo contra los radicales libres. Esta alteración es la que se denomina estrés oxidativo.
Posibles causas de su aparición
Las causas que pueden provocar la disminución de antioxidantes en el cuerpo pueden ser de distinta índole. Por un lado, puede deberse a la alimentación, es decir, por llevar una dieta pobre en antioxidantes. Una persona tiene que ingerir una cantidad de alimentos determinados para que los antioxidantes se mantengan en niveles adecuados. Frutas, verduras, frutos secos y bebidas como el té tienen múltiples beneficios en el organismo. Sin embargo, abusar de las carnes rojas o de la bollería industrial no favorece en absoluto a la salud de nuestra dermis.
Asimismo, si existe la costumbre de realizar ejercicio de alta intensidad, el organismo consumirá más oxígeno para poder disponer de energía y, por tanto, se producirá mayor oxidación en las células. Normalmente, después de realizar este tipo de ejercicios también se consume mayor cantidad de carne para un pronta recuperación, por lo que el aumento de los radicales libres se produce por un doble motivo.
En cuanto al entorno, también puede constituir uno de los motivos como consecuencia de la contaminación ambiental que rodea las ciudades, así como hábitos nocivos tales como el tabaco o el alcohol.
Síntomas de que padeces estrés oxidativo: estas son las señales en tu piel
Cuando las células antioxidantes son insuficientes como para combatir el efecto de los radicales libres, el proceso de envejecimiento se acelera. Los síntomas más frecuentes para detectar si se está padeciendo estrés oxidativo son modificaciones en la tensión, pérdida de fuerza en los músculos, pérdida de memoria y claridad mental o problemas físicos y de movilidad.
Concretamente en la piel los síntomas son los siguientes:
- Piel envejecida y aparición de enfermedades que no se corresponden con la edad que se tiene. Se trata del efecto de envejecimiento prematuro y el órgano más grande del cuerpo, la piel, es el primero que envía la señal de alarma.
- Aparición de arrugas. Se produce una pérdida del colágeno, el responsable de la firmeza y elasticidad de la piel. Asimismo, la elastina y el ácido hialurónico también se ven disminuidos, lo que favorece las arrugas.
- Surgen manchas porque las membranas de las células de la piel se deterioran.
- Alteraciones en el ADN. A causa de las mutaciones del propio ADN se produce la muerte de las células, también conocida como apoptosis.
¿Hay tratamiento específico para el estrés oxidativo? Lo mejor para paliar sus efectos
La mejor forma de contrarrestar las consecuencias de los radicales libres es tomando los antioxidantes que requiere el organismo para combatirlos. En estos casos, son muy positivas las vitaminas, minerales y distintos tipos de enzimas que el cuerpo sintetiza a través de comidas que los contienen. Entre los alimentos saludables destacan el brócoli, el té verde, las alcachofas, los tomates, la canela o el chocolate negro.
Además, acudir a un centro estético de confianza para realizar tratamientos hidratantes para la piel como la mesoterapia facial o un peeling químico, siempre aporta un plus de luminosidad y tiene consecuencias positivas para combatir este fenómeno dérmico.
Por otro lado, llevar unos hábitos de vida saludables tales como dormir, al menos, 8 horas al día (momento del día en el que se regenera la piel), llevar a cabo momentos de meditación para evitar el estrés, hacer deporte sin excesos o beber suficiente cantidad de agua son métodos para controlar y relajar el cuerpo y la mente. Lo que se traduce en una piel más saludable.
Como vemos, el estrés oxidativo es una consecuencia de un desajuste de moléculas del organismo. Sin embargo, hay posibles remedios para contrarrestar sus efectos.