El ácido lactobiónico es un compuesto químico que te ofrece propiedades protectoras e hidratantes, de ahí que sea utilizado habitualmente en distintas fórmulas cosméticas y en clínicas especializadas para combatir el fotoenvejecimiento de la piel.
Gracias a los resultados positivos de este antioxidante a base de hidroxiácidos tendrás como resultado un rostro fresco e hidratado. Su capacidad higroscópica permite incrementar la absorción y evitar la pérdida transepidérmica de agua. Y otras muchas virtudes que te vamos a ir desgranando.
Las propiedades del ácido lactobiónico
Se trata de un polihidroxiácido (PHA) que comparte los beneficios de los alfahidroxiácidos (AHA) y se obtiene de la oxidación enzimática de la lactosa. Está considerado como un componente de última generación que se emplea en tratamientos muy novedosos para la recuperación de la piel dañada por los efectos de la degradación del colágeno y los radicales libres inducidos por la radiación ultravioleta.
Estos ácidos polihidroxilados apenas son irritantes, por lo que no tendrás que preocuparte ya que no producen sensación de escozor, rojez o quemazón. Penetran poco a poco en tu piel y actúan por capas, de arriba hacia abajo, lo que permite que su acción sea controlable.
Es muy utilizado en técnicas faciales como Ultimate eye, nuestro tratamiento corrector de la mirada. Está recomendado para personas que hayan perdido luminosidad en la zona de la ojera, consiguiendo rehidratarla devolviéndole su color natural.
¿Cuáles son sus beneficios?
Las ventajas de utilizar esta sustancia son múltiples:
- Aumenta la elasticidad del cutis.
- Combate el deterioro del exterior de la dermis producto de la edad o de diversas situaciones prematuras.
- Ideal para pieles sensibles a otro tipo de tratamientos o propensas a padecer alergias.
- Actúa contra las manchas y la hiperpigmentación.
- Ayuda a acabar con la flacidez en la cara.
- Mejora la apariencia de las arrugas de expresión profundas y elimina aquellas más superficiales.
- Retrasa el envejecimiento prematuro.
- Muy útil para acabar con el acné y pequeños granitos.
- Disimula cicatrices y las secuelas de los vellos encarnados.
- Fortalece la función de barrera de la dermis.
El ácido lactobiónico ejerce como inhibidor de las MMP (metaloproteinasas de la matriz), unas enzimas que contribuyen a la formación de arrugas y aumentan su actividad con la exposición solar, una de las causas principales de que la tez del rostro se apague antes de tiempo.
Es un estimulante de la regeneración epidérmica que contribuye a revertir los signos del fotoenvejecimiento cutáneo, produciendo un incremento de las fibras colágenas y renovando la calidad de las elásticas. De esta forma, con su uso notarás una sensible mejoría en el aspecto y en su fisiología.
¿Tiene alguna contraindicación?
Al tratarse de un ácido, es fundamental utilizarlo prudencia. A pesar de tratarse de un componente natural, no todas las personas toleran las sustancias de la misma manera.
En general, conviene evitar el uso de productos y tratamientos con este compuesto químico en las siguientes circunstancias, en las que está contraindicado:
- Alteraciones de pieles dañadas como póstulas, heridas, necrosis y cortes, ya sean superficiales o profundos.
- Enfermedades como la psoriasis.
- Alergia a otros compuestos empleados en diversos tratamientos de peeling.
- Embarazo y lactancia.
- Alta temperatura corporal.
- Niños.
Si notas que tu piel tiene signos de mala salud, conviene que evites el uso de estos ácidos. En estos casos es recomendable que hagas una visita a tu médico estético y sigas sus consejos.
Pese a todo, el ácido lactobiónico ofrece más beneficios que contraindicaciones. De hecho, es empleado en la fabricación de miles de productos de prestigiosas marcas de cosméticos y en tratamientos de clínicas de los profesionales más distinguidos, como el Ultimate eye indicado para la despigmentación de las ojeras.