Tratamientos corporales
La retención de líquidos también se conoce como hidropesía y aparece cuando el sistema circulatorio, los tejidos o las cavidades corporales presentan un exceso de líquido. Se produce entonces un desequilibrio, ya que el cuerpo no es capaz de eliminar ese exceso por sí solo. Es entonces cuando se hacen patentes síntomas como la pesadez, el aumento de peso o incluso el dolor. Por sí sola no se considera una enfermedad, aunque sí que es consecuencia de una condición médica o un determinado estilo de vida.
Medicamentos. Una mala absorción o excreción del organismo tras la ingesta de algunos medicamentos (como el ácido acetilsalicílico, los glucocorticoides y la penicilina) puede provocar hinchazón en diversas partes del cuerpo.
Anticonceptivos orales. Los efectos hormonales de los anticonceptivos pueden provocar retención de líquidos. Los tobillos, los muslos y el rostro son las zonas más afectadas.
Desajustes hormonales. Ya sea provocado por alguna medicación o por el síndrome premenstrual, un desajuste en las hormonas puede provocar hinchazón a consecuencia de la retención de líquidos.
Alteración del sueño. La falta de sueño o una mala calidad del mismo puede provocar un desajuste en el organismo que desembocará en hinchazón.
Alcohol. El consumo de alcohol provoca deshidratación corporal, lo cual implica que se acumulen líquidos en torno a los tejidos epidérmicos. La expulsión de los mismos es difícil, por lo que se produce la retención.
Malos hábitos. Un exceso de sal en la alimentación diaria conlleva una retención de líquidos. También beber pocos líquidos, la vida sedentaria y permanecer mucho tiempo sentado o de pie.
Procesos alérgicos. Cuando el origen de la retención de líquidos está en una alergia, vendrá acompañada de dolor y fiebre. En esos casos hay que acudir a un médico para reducir los efectos.
Patologías. Un problema circulatorio donde esté comprometido el corazón, una sinusitis, un traumatismo o una infección pueden conllevar hinchazón corporal por retención de líquidos.