Tratamientos faciales
Los pómulos caídos hacen que la piel de nuestro rostro se vea flácida, caída y descolgada. Esto produce el conocido efecto 'mala cara', por lo que supone un problema estético. A pesar de que muchas personas recurren a la cirugía estética para solucionarlo, lo cierto es que hay otro tipo de tratamientos mucho menos invasivos que pueden mejorar el aspecto de nuestro rostro y levantar los pómulos.
Tipos de pómulos
Existen distintos tipos de pómulos, en algunos de los cuales será más visible una caída que en otros. Dependiendo de la forma de estos, se aplicará un tratamiento u otro, y siempre se tendrá en cuenta la forma original del pómulo. Estos son los más comunes:
Pómulos altos. Estos son elegantes y muy atractivos, ya que comienzan en las sienes y bajan por el rostro creando un arco hasta la zona bajo los ojos.
Pómulos bajos. Este tipo de pómulos comienzan en los ángulos de la boca y suben de manera sutil hacia la parte baja de las orejas.
Anchos. Son los más comunes en rostros cuadrados y redondos.
Pómulos centrados. Este tipo de pómulos es el que suele definirse como perfecto, capaz de iluminar una sonrisa porque pronuncia las mejillas de manera muy visible.
Pómulos pequeños. No suele haber unas mejillas pronunciadas pero sí carnosas.
Para elevar los pómulos caídos no es necesario pasar por quirófano. Los avances en la tecnología han permitido que surjan nuevos tratamientos efectivos que elevan los pómulos sin cirugía.
El tratamiento a elegir (o la combinación de varios) variará de unas personas a otras en función de la forma y proporciones de su rostro, grosor y tensión de la piel. El asesoramiento médico previo es fundamental para conseguir unos resultados óptimos.
El ácido hialurónico es una sustancia en gel que se inyecta en la piel directamente para rellenar los pómulos. De este modo se puede recuperar el ácido hialurónico natural que se ha perdido debido a la edad, el paso del tiempo u otros factores.
Es perfecto para elevar pómulos caídos, ya que verás resultados con solo una sesión de 30 minutos. No necesitarás reposo tras ella y podrás volver a tus actividades normales enseguida.
Los hilos tensores es un tratamiento innovador que actúa como cirugía, pero sin ser invasivo. Se trata de introducir unos hilos finos que logran tensar el tejido de modo que desaparece la flacidez y el descolgamiento.
Este tratamiento tiene un efecto inmediato y se realiza en una sesión de aproximadamente una hora. Además, estimula la formación de colágeno.
A esta sustancia se le considera un estimulador natural del colágeno compuesto por partículas de hidroxiapatita de calcio suspendidas en un gel. La composición es idéntica a la de los huesos y dientes, por lo que el cuerpo la asimila como natural.
Con tan solo una sesión de 30 minutos en la que se inyecta esta sustancia será más que suficiente para notar buenos resultados.
Estos tratamientos están indicados para cualquier persona que quiera mejorar el aspecto de su rostro a través de la elevación de los pómulos. A pesar de que son tratamientos seguros y no tienen efectos secundarios, hay casos excepcionales para los que están contraindicados.