No, no te has equivocado de blog. Esta mañana, al comenzar a escribir este artículo, se me ha ocurrido que pocas cosas hay en la vida que nos gusten tanto como el estar bell@s: comer y comprarnos ropa que nos favorezca.Vamos primero con el sandwich de jamón y queso y dejemos el armario para el final.
Nuestra piel está fundamentalmente construida por tres capas bien diferenciadas, como el tentempié al que nos referimos:
– Epidermis. Es la capa más superficial que vemos y tocamos, donde se encuentran las terminaciones nerviosas y las células que nos broncean y nos protegen -parcialmente- de los rayos del sol. Es la rebanada de pan superior del sandwich.
– Dermis. Es la capa intermedia y más noble de la piel. En ella se encuentran los fibroblastos (las células que producen colágeno y elastina). En nuestro símil, es como el jamón y el queso.
– Hipodermis. Es la capa más inferior y sirve de base al resto de capas. A nuestros efectos es la rebanada inferior del bocadillo, más gruesa y firme, para que el tinglado que hemos montado arriba no se nos desmorone.
¿Sabrías decir qué parte del sandwich es la más importante para conseguir un resultado óptimo? Si el jamón es malo, le podemos poner pan. Si el queso está seco y es poco jugoso, podríamos untar por encima el sandwich con mucha mantequilla. Esto es lo que hacemos cuando inundamos nuestra piel de crema hidratante esperando mejorar su calidad y tersura. Sin duda, la protegemos -incluso podemos incrementar su brillo-, pero si ha perdido calidad con el paso del tiempo, marca el aspecto general de nuestra piel.
Con la Mesoterapia estimulamos y activamos la capa intermedia de la piel, utilizando sustancias muy variadas, que dependen de las necesidades de cada tipo de piel y de la edad del paciente. En la próxima entrada del blog, los comentaré qué sustancias se introducen en la dermis para su activación y cuáles son las últimas tendencias en este campo.
Para terminar, porque lo prometido es deuda, volvamos al fondo de armario. El Dr. Elias del Rio insiste siempre en esta comparación para hacernos ver que, efectivamente, podremos realizar intervenciones rápidas que mejoran nuestro aspecto. Posiblemente, durante un tiempo nos resulten muy eficaces, pero al igual que la ropa de temporada pasa, estos efectos terminarán y será necesario renovarlos.
Sin embargo, todo lo que hagamos por la salud y vitalidad de nuestra dermis, nos dará réditos a medio y largo plazo. Así, la Mesoterapia se convertirá en el blazer azul que todos tenemos guardado en el armario. No importa el tiempo que pase. Si es de calidad, siempre podremos usarlo para conseguir un aspecto intemporal, discreto y muy resolutivo.