¿Por qué sudo tanto? es una de las preguntas más frecuentes que las personas que probablemente sufran hiperhidrosis se hacen en la intimidad. Aunque no siempre la persona reconoce este síntoma como un posible problema a tratar, se da cuenta de que en muchas ocasiones debido a ello dificulta la interacción social y va más allá del autocontrol. Para comenzar, es importante identificar las causas, con el fin de hallar una solución eficaz.
¿Sudo demasiado? Posibles causas
La sudoración excesiva o hiperhidrosis aparece sin un motivo concreto, incluso cuando se está en un clima frío. Esto provoca que los que la sufren se vean intimidados cuando están con terceras personas, conduciéndoles a un círculo vicioso en que el estrés termina produciendo una mayor sudoración.
Normalmente, el sudor se suele hacer más evidente en las manos, la cara, los pies y en las axilas. Esto supone un problema derivado de circunstancias que, por suerte, se pueden definir. Son las que siguen:
- La sobreactividad de las glándulas sudoríparas puede deberse a una enfermedad primaria o secundaria. Primaria si no está relacionada con otra dolencia que la provoque, lo que fomenta la sospecha del factor genético. Secundaria, si es producida por los efectos secundarios de medicamentos u otras afecciones que puedan causar, por ejemplo, un desajuste hormonal.
- Los medicamentos pueden alterar el proceso hormonal, produciendo como efecto secundario esta excesiva sudoración. Al retirar el medicamento que la provoca, se resuelve la situación.
- Infecciones de cualquier tipo o posibles tumores llevan a la manifestación de estas señales. Siempre es recomendable preguntar a un médico especialista para encontrar la base de esta alteración.
- Desórdenes hormonales, como un desajuste en la tiroides (hipertiroidismo) o el periodo menstrual. Así mismo, con la entrada en la menopausia se da este problema. Un prediabético también puede sospechar su enfermedad al aparecer este síntoma.
¿Qué consecuencias tiene una sudoración excesiva?
Una de las consecuencias que suele darse es la deshidratación, debido precisamente a la pérdida excesiva de líquidos, provocando que muchos pacientes elijan erróneamente beber menos agua para evitar así el sudor. Sin duda, tal situación dispara la deshidratación, con consecuencias aún más graves para el organismo.
Sudar tanto produce una autoestima baja, sobre todo, cuando debe interactuar con otras personas. La ansiedad y el nerviosismo aumentan estas crisis y el empeoramiento de la confianza en sí mismo.
Con el sudor en exceso surge el temor de aumentar el olor corporal, lo que efectivamente así suele ocurrir a pesar de llevar una higiene correcta, utilizando desodorantes o antitranspirantes de calidad.
Qué hacer para controlar el sudor
Existen ciertas circunstancias en las que es mejor acudir al especialista para que descarte posibles enfermedades relacionadas con el sudor en exceso. En el caso de que dicha sintomatología no suponga un problema grave, se pueden poner en práctica una serie de recomendaciones, que hará mejorar la situación de paciente:
- Llevar una dieta baja en grasas, aumentando el consumo de verduras y frutas.
- Manejar el estrés, tan decisivo en el proceso de transpiración. Muchas veces la Psicología puede ayudar a través de métodos tranquilizantes. El médico de familia también puede recetar algún tipo de relajante para dicho fin.
- Controlar la respiración. Esto tiene que ver con el punto anterior, ya que ayuda a hallar una mayor relajación en momentos estresantes.
- Beber abundante agua al día. Una ingesta insuficiente provoca precisamente que el cuerpo sude más, a diferencia de lo que se piensa.
- Acudir a una clínica especializada en hiperhidrosis donde utilicen tratamientos específicos, que consiguen reducir los efectos del sudor de manera prolongada.
Como hemos señalado, el sudor excesivo supone una dificultad para la autoestima de quien la padece. Seguir estas sencillas recomendaciones y acudir al especialista es la solución a este molesto problema.