¿Conoces las consecuencias de los rayos ultravioleta en la piel? la radiación ultravioleta (UV) es la responsable de muchos de los efectos nocivos producidos sobre la dermis. Mientras más se sobreexpone el ser humano a este tipo de rayos, mayor es el porcentaje de adquirir enfermedades graves como el cáncer de piel.
Tipos de radiación ultravioleta: estos son sus efectos en la piel
La radiación UV es la composición principal de la luz solar. Esta llega a la tierra y es la causante de quemaduras en la epidermis y el temido cáncer de piel. A pesar de su efecto bronceador, exponerse prolongadamente a ella suele suponer un efecto nocivo para el organismo.
Especialmente, en la población infantil produce una afectación mayor, debido a que su cuerpo sigue desarrollándose y tiene células jóvenes de fácil reproducción. En este aspecto, sufrir una quemadura por radiación puede significar el inicio de lo que, en el futuro, se podría convertir en un melanoma o tumor maligno.
Es preciso comprender que existen diferentes tipos de radiaciones y que cada una afecta de diferente manera a cada persona. Obviamente, intervienen de forma directa el tiempo de exposición al sol y las horas de mayor peligrosidad de los rayos UV en las consecuencias que provocan.
UVC, la más perjudicial
Este tipo de radiación es la más peligrosa. Afortunadamente, estos rayos no logran penetrar la atmósfera, por lo que no representan un peligro real para los habitantes de este planeta.
A consecuencia de esto, no se les puede atribuir ninguna responsabilidad en lo que se refiere a enfermedades dermatológicas.
UVB, responsable de quemaduras
A pesar de que la capa de ozono absorbe la mayor parte de los rayos UVB, se deben tener en cuenta los problemas que presenta esta capa en diferentes zonas del planeta y cómo hay regiones más expuestas a este tipo de radiación.
Los UVB son los causantes de melanomas en la piel y perjudican de manera directa el ADN epidérmico, provocando con ello un aumento en la probabilidad de contraer cáncer. Asimismo, desgasta el colágeno, envejeciendo la piel y secándola.
Existe el temor de poder aumentar sus efectos en el futuro por la progresiva destrucción de la capa de ozono.
UVA, la menos nociva
Los rayos UVA son aquellos a los que muchas personas se exponen para lograr un tono de piel más oscuro. Al ser el tipo menos perjudicial de todos, existe un porcentaje importante de la población que no considera su peligro como debiera.
En este aspecto, los resultados que propicia en la piel van desde quemaduras por una exposición prolongada a alteraciones en el ADN celular, que provocan, a largo plazo, cáncer de piel.
Entre sus consecuencias, está el envejecimiento celular, causando un deterioro epidérmico visible, sobre todo con la pérdida de colágeno y elastina, compuestos que aportan la suavidad e hidratación que toda piel joven y cuidada suele poseer.
Cuidarse de no salir a horas de máxima radiación (entre 10 de la mañana y 5 de la tarde), ante todo en verano, así como tener en cuenta que un día nublado representa, en ocasiones, el mismo peligro, en función de la cercanía del sol, puede prevenir de resultados indeseables.
Hay que tener en cuenta que los rayos UV se presentan con diferente intensidad, dependiendo de la región del mundo y los horarios de exposición de las personas. En este sentido, muestran una mayor probabilidad de adquirir un problema en la piel trabajadores del campo y obreros, aunque los amantes del bronceado son también muy susceptibles del peligro que representa la radiación UV.
Por todo ello, es muy importante tener conciencia de las secuelas que los rayos solares pueden dejar en la piel. La precaución nunca está de más si se tiene en conocimiento el tipo de radiación que puede afectarnos y sus repercusiones sobre la salud.